Friday, June 26, 2009

Etcétera

Asesina.
Usurpadora de identidades
únicas de cada quien.

Deberían odiarte
incluso desterrarte de nuestras hojas.

Unificas lo particular
y lo haces simplemente final.

Destruyes la memoria.

Deberias ser considerada
vergonzoso garabato de nuestra lengua
y condenarte a la horca

Mas honor tiene “muchos otros”
pero tu, te crees el infinito de lo finito.

Nublas el final
dejando en tinieblas
a quien dictatorialmente
quieres olvidar

No tienes sentido
mas que quitarle
la gloria a unos cuantos
que escondes tras tu nombre

Espero ser siempre
José María Norambuena
y que no me troquen nunca
por ti, anulante y descarada identidad
Asesino

...es también un poeta
que va por el mundo sin lápiz ni papel,
un artista sin pincel,
la sordera de un músico,
la sobriedad de un soñador
la razón de la fe,
la realidad de un mago,
la tristeza de un payado,
el niño que lanza piedras
a aquel inofensivo árbol.
Una canción desesperada

Enséñame a detestarte
y haz que mi vida sea mas fácil.

Thursday, June 11, 2009

Te robé un segundo

Es un placer romper los esquemas
Y escribirte estas palabras.
No sabes quien soy,
Tal vez Nadie, pero que solo vive y ama.

No es tu nombre lo que me mueve
Sino esos ojos y ese cabello
Que atraviesan el tiempo y el espacio
Y dejan mi conciencia en pleno vuelo

Perdón si con esto
Te ofendo, mi musa hurtada,
Pero no esconderé estas palabras
Que por ti fluyen como una mañana

Un regalo sin compromiso
Que este loco te obsequia
Y que espera solo no termine
Como la flor más de un poeta
Que se extravía por el mundo arrugada
Orgasmo metafísico

Quince segundos que recuerdo que vivo.
Quince segundos donde el tiempo se infarta.
Quince segundos donde nazco y muero repetidas veces.
Quince segundos donde el caos cobra sentido

La emoción de atravesar la eternidad,
Fugaz como un rayo azul
Y romper con el tiempo continuo
Y lo que creímos será normal

Morir para vivir y vivir para morir.
Inmerso en mi subjetivismo
Adornado por colores que nadie vio
Y que el silencio grito desde la profundidad de mi ser.

Las hojas de los árboles otoñales
Meditaron su suicidio
Y me observaron distantes
Esperando el porvenir

Quince segundos don del universo es mío,
Donde el vuelo del ave cobra vuelve respirar,
Donde poemas cantan alunitonos,
Donde recordé simplemente que hoy vivo.

Quince segundos y abrí un portón a otra realidad.